La situación de los ríos regulados en los que todavía se puede practicar la pesca sin muerte es magnífica para la pesca con mosca. Los fuertes desembalses que mantenían han cesado pues las campañas de riego están llegando a su fin, con lo que en todo caso pecan por defecto de caudal, algo que suelen preferir los pescadores de mosca seca. El río que presenta peor situación es el Luna-Órbigo, ya que Barrios de Luna se encuentra en una situación precaria con apenas un 10 % de agua embalsada. El pasado martes conservaba 38 Hm3 de 308 que puede albergar, y ello a pesar de que en la semana tan solo había desembalsado 3 Hm3. El embalse del Porma mantenía 103 de 318, habiendo reducido los desembalses a 4 Hm3 semanales. Por su parte Riaño conservaba todavía 224 de una capacidad de 664 Hm3 en lleno total. Desembalsaba 11 Hm3 semanales frente a los 24 que soltaba a finales de agosto. En la cuenca del Sil, Bárcena mantiene mas del 50 % de agua, 208 de 341, y ello pese a que está soltando 16 Hm3 semanales. En todo caso hay que pensar que el Sil está regulado por varias presas que mantienen su caudal y que sus aguas no están destinadas preferentemente a los riegos agrícolas.

Los aficionados que en estos días siguen practicando la pesca sin muerte están disfrutando, ya que a la reducción de caudal se une el buen tiempo, días soleados y sin apenas viento en este final de verano que, en León, suele ser mejor que agosto. Con poca agua es preciso pescar con sedales muy finos y moscas muy pequeñas para engañar a las desconfiadas pintonas, pero siempre hay la ventaja de que las truchas están muy activas alimentándose con profusión de cara a las próximas frezas. Curiosamente es el Cea, alimentado con aguas de Riaño, el río que arroja los mejores resultados, si bien la dificultad para pescar en este cauce tan estrecho es grande.

No faltan aficionados que ya han colgado la caña y critican esta prolongación de temporada en tantos kilómetros de ríos por un doble motivo: el daño que, pese a pescarse con anzuelos sin muerte, se les hace a unas truchas cargadas de hueva y próximas a reproducirse y el hecho de que haya furtivos que aprovechen para llevarse para casa muchos ejemplares, precisamente los de mayor tamaño que son los mejores reproductores. En todo caso, y hasta mediados de octubre, podrá seguirse pescando sin muerte en estos ríos regulados por pantano.